“Sembène, por el cual era conocido, en vez de por su nombre completo, lo colocaba en el mismo campo que los otros líderes revolucionarios como Castro, Che, Cabral, Lumumba y Sankara. Cuando Sembène llegó al cine, su imagen en cuanto intelectual ya estaba establecida”.
Manthia Diawara
Ousmane Sembène fue un activista, productor, director de películas y escritor, que nació en Senegal en el año 1923. Considerado el padre del cine africano, fue el primer realizador de África que produjo una película en su propio país. Actualmente, es reconocido como una de las figuras más importantes del cine y de la literatura en África y a nivel mundial.
Sembène, tal como la mayoría de niños de su edad, provenía de una familia humilde de pescadores. Cuando tenía catorce años sus padres se separaron y pasó por una etapa complicada; abandonó la escuela y comenzó a ganarse la vida con trabajos de diversa índole. Como nació en Casamance, un área pequeña del sur de Senegal caracterizada por su diversidad cultural y sujeta a un régimen colonial en el que los nativos estaban en el grado más bajo en la escala social, Sembène, no tuvo más remedio que trabajar como pescador, albañil, mecánico, en el ferrocarril y en el ejército. Esto le inspiraría luego a la hora de construir sus historias, siempre ligadas a la cotidianidad, con fuerte carácter social, y a las tradiciones de la sociedad senegalesa, colonial y post-colonial. En su tiempo libre, se dedicaba a dos de sus verdaderas pasiones: el cine y la escritura, siendo la poesía lo que más disfrutaba.
En los años cuarenta, al igual que muchos senegaleses, deslumbrados por las luces de la supuesta Madre Patria, la idealizada Francia, aunque también atraídos por el trabajo remunerado, se instala en Marsella y se alista en el ejército francés, llegando a participar en campañas contra los nazis y el fascismo en Italia o en suelo galo. Pronto se daría cuenta, debido a la discriminación sufrida dentro del propio ejército, que su enemigo no solo era el fascismo. En el tiempo vivido en Francia estuvo enrolado en el Partido Comunista y en el Sindicato de Trabajadores CGT y fue desarrollando una conciencia política que le llevó a posicionarse a favor de Argelia en su guerra de independencia de Francia.
En 1956 publica su primera novela: Le Docker noir (El Estibador Negro), basada en su propia experiencia y en la vida de las personas negras en los suburbios. Debido a la total falta de acceso a información sobre las culturas africanas o negras en Francia, percibe su creación como incompleta, de modo que comienza, activamente, a buscar referentes. Se centra, pues, en los trabajos de escritores de la diáspora africana/negra, entre ellos, el afamado escritor y activista Richard Wright.
Conviene destacar que Ousmane Sembène es realmente célebre por su faceta como director y productor de películas. En toda su carrera cinematográfica, realizó nueve largometrajes y tres cortometrajes, siendo reconocido internacionalmente en el Festival de Cannes en el año 1966, por exponer las funestas consecuencias del colonialismo francés sobre la cultura y sociedades africanas (senegalesa, principalmente).
Mbissine Thérèse Diop como Diouana, protagonista de La Noire De… (1966)
Este prestigio alcanzado le facilitó posteriormente la fundación de su propia productora: Filmi Domirev, con la cual conseguirá ser mundialmente conocido al producir la soberbia “La noire de…”, un largometraje polémico para los franceses, al describir los sentimientos del sometimiento percibidos por los senegaleses durante y después de la colonización. Este es un largometraje que narra la vida de una humilde joven senegalesa que se muda para Francia, para trabajar como ama de casa o, más bien, como esclava, para un matrimonio francés. Su vida se vuelve insoportable y acaba suicidándose. En esta película muestra, también, la idealización que el africano hace de “la tierra de los blancos”, deseando alcanzarla para prosperar o medrar y/o para poder ayudar a su familia. Una quimera, un sueño forjado en la poca información de la realidad o construido a partir del modo de vida opulento observado a los colonos blancos en suelo africano. En consecuencia, el propio africano acaba sumido en la desesperación y negándose el regreso a su tierra natal, ya sea por vergüenza o por incapacitación.
Durante aquella época, las disputas con los franceses no cesaban, pero esta situación no aminoró su trayectoria y, con su segundo largometraje, Mandabi (1968), relata la historia de un musulmán que recibe dinero “fácil” de un familiar. La vida del protagonista se complica a medida que avanza la historia, al tener que lidiar con el gobierno y la corrupción senegalesa. Sembène se convierte, con esta producción, en el primer director africano en recibir fondos para la película, además de producir dos versiones de sus posteriores películas en dos idiomas distintos: el wolof, hablado entre el 70% – 75% de la populación senegalesa y el francés, entre el 25% – 30%.
“Yo no quiero hacer películas con africanos hablando francés, como se habla en la Academia, en la Asamblea Nacional o en los Tribunales”
Ousmane Sembène
Xala (1974).
Estas continuas discrepancias con los franceses siguieron su curso y dieron lugar a que algunas de sus producciones fuesen censuradas. Así, este reputado realizador, empezó a producir películas de forma independiente e, incluso llegó a colaborar con otros países africanos. Son así conocidas las producciones de Xala (1974), donde los gobernantes africanos obtienen el poder después de la independencia de Senegal. El personaje, “El Hadji”, se aprovecha de un dinero que recibe ilegalmente para casarse con su tercera esposa. La historia se enrevesa cuando en la noche de bodas no puede consumar su matrimonio por el Xala, una maldición. Todo se explica al final de la película y de la novela. Es una obra en la que se puede observar como el poder ciega, envicia y corrompe a las personas, transformándolas en seres sin escrúpulos y carentes de conciencia. En esta película, además, el presidente del país está claramente inspirado en la figura del pro-francés Leopold Sedar Senghor, por ello que la película fue censurada por este.
De manera análoga, tiene dos películas históricas que forman parte de la memoria de muchos senegaleses y cuyos títulos están basados en los confrontamientos coloniales que sucedieron después de la Segunda Guerra Mundial en Emitai y en Camp Thiaroye y, cuyos nombres dan título a sendas producciones. Ambas relatan historias de resistencia. Por un lado, narran el incidente de un pequeño pueblo del interior del Senegal colonial, Emitai (1971), donde sus habitantes tenían la misión de recoger las cosechas para las tropas, pero, al recusarse a colaborar, acabaron por ser ejecutados por los franceses. Por otro lado, está Camp de Thiaroye (1988), en la que retrata como, después de luchar en la Segunda Guerra Mundial, los soldados de esa localidad, Thiaroye, regresan a sus casas y al manifestarse para reclamar el pago de lo que el ejército francés les debía fueron tiroteados por los propios gendarmes franceses y otros miembros del ejército colonial, acabando con la vida de 35 hombres y otros 34 encarcelados.
Con Moolaadé (2004) se cierra su producción cinematográfica iniciada en 1963, y lo hace como un pequeño homenaje a las mujeres y al papel que representan en la sociedad. La película, que está basada en la mutilación genital femenina, es una co-producción de varios países de comunidad francófona, tales como Senegal, Francia, Burkina Faso, Camerún, Marruecos y Túnez. La protagonista, Collé, lucha fervientemente contra esta práctica usando una protección mágica: Moolaadé. Esta protección se encarga de abrigar a varias niñas, entre ellas, la hija de la protagonista, y protegerlas de la mutilación, basada ésta en la creencia, infundada, de que el corte genital femenino no sólo las libera del mal, sino que también las purifica. Siendo, en realidad, una práctica machista de control del cuerpo femenino.
Moolaadé (2004). Copyright Les Films du Paradoxe.
Ousmane Sembène, Panafricanista convencido, desempeñó un papel muy importante para todo el continente africano. Genio literario y cinematográfico, consiguió con su obra transmitir sus valores. Sabía que el cine era el medio más efectivo para era expandir sus ideales, como la justicia y la libertad, y alcanzar el mayor número de espectadores. Rechazó la ayuda francesa para producir sus películas porque esta llevaba la condición de que tenía que rehusar las críticas sobre el colonialismo y el trato recibido por los africanos por parte de los franceses. Su obra da fe de su enorme talento y de una capacidad creativa extraordinaria, pero es que además nos sumerge en las entrañas de las sociedades tradicionales, nos muestra el efecto nocivo del colonialismo y expone sus consecuencias. Meticuloso, Sembène incluso seleccionaba con esmero la banda sonora de muchas de sus producciones, sacadas de las canciones populares escuchadas en la radio y censuradas por el gobierno francés, ya que éstas incitaban a la liberación y al movimiento por la justicia.
Samantha Ekpo Obono. Autora del canal de IG de literatura africana y afrodescendiente @booksmuna
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