Tania Adam, para El País, Planeta Futuro |
La cultura es una de las vías de escape para un país en crisis social que podría estar al borde de una nueva guerra civil
No corren buenos tiempos para los mozambiqueños: se especula que el país está al borde de otra guerra civil (la anterior duró desde 1976 a 1992); los secuestros, fruto del incremento de las desigualdades, aterrorizan a las clases medias y altas; la corrupción sistemática sigue haciendo estragos y los gobernantes son incapaces de disminuir los índices de pobreza y generar oportunidades de desarrollo. Sin embargo, como siempre, la población lucha para seguir adelante y lejos de parecer impasible ante el destino utiliza sus armas, entre ellas la cultura, para sobrevivir en las adversidades. Pocas veces se habla del rico legado cultural de este país del África austral, y mucho menos de sus artistas, algunos muy comprometidos con la evolución de su nación, como Eyuphuro o Azagaia, músicos de diferentes épocas que florecen en tiempos convulsos y abordan la crítica social en clave musical.
Eyuphuro
En 1981, cuando Mozambique llevaba apenas seis años de independencia a sus espaldas y cinco de guerra civil entre FRELIMO (Frente de Liberación de Mozambique) y la RENAMO (Resistencia Nacional Mozambiqueña), surge al norte del país en la Isla de Mozambique (Provincia de Nampula), Eyuphuro; un grupo de marrabenta compuesto por Omar Issa, Remane Gimo y la vocalista Zena Bacar, que mezclaba ritmos tradicionales con folk portugués y sonidos árabes. Sus canciones fueron un reflejo de los problemas sociales: narraban la cotidianidad, lamentaban la inestabilidad política y abordaban la pobreza en el continente. La esperanza que transmitía su música hizo que pronto se convirtiera en una banda muy popular. El éxito de su primer disco Mama Mosambiki (1986) traspasó las fronteras y se embarcaron en una gira europea, hecho inédito para una banda mozambiqueña. Tras un parón de casi una década, en 1998 vuelve Eyuphuro con Zena Bacar al frente de un grupo que publica Yellela (2001) intentando conservar su esencia en un país desafiante que dejaba atrás no sólo la guerra sino también un sistema económico (marxista-leninista) y con ellos algunos de los valores que lo definían.
Azagaia
Edson da Luz, conocido como Azagaia (1984), es el símbolo vivo de una revolución social en la que los jóvenes mozambiqueños están en primera línea. Tiene como lema “La verdad tortura, pero se tiene que decir”. Según él, hace “música de intervención rápida” y a través de sus rimas canta sobre la realidad de la sociedad mozambiqueña y la juventud, criticando aquellos que gobiernan o “mal gobiernan”. Azagaia es un incordio para muchos, por ello ya conoce la cárcel, pero es insaciable en su lucha por la transformación social del país. Su álbum debut Babalaze (2007), con temas como Minha Geração, Povo no poder o Filhos da…, son el paradigma de su esencia: plasmar las injusticias y dificultades que vive la sociedad. Su último disco Cubaliwa (2013), que significa nacimiento una lengua del centro de Mozambique, es un disco de denuncia y una invitación a que la población tome conciencia social para el renacer del país. De este álbum destacan temas como O ABC do Preconceito o MIR.
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