Radio Africa - Barcelona

En el escenario del arte contemporáneo, emergen artistas que trascienden fronteras, entre esas creadoras encontramos a Lydia Mba, una ilustradora afroespañola cuyo viaje desde Alcorcón, una localidad conocida por su vínculo con el grafiti, hasta el pináculo de la narrativa visual, es un testimonio de compromiso con la representación inclusiva en el arte.

Sus inicios en Alcorcón

Desde su adolescencia en Alcorcón, un pueblo de la periferia de Madrid, fue una de las cunas del grafiti en Europa en los ochenta, Lydia Mba estuvo rodeada de una cultura artística y visual vibrante. Todo el mundo hacía algo creativo de una u otra manera, fue en este ambiente donde descubrió su pasión por el arte y se sumergió en el mundo de la ilustración. Dibujaba día y noche en su black-book nunca he dibujado tanto ni con tanta obsesión como lo hice en aquella época”, afirma.

En aquel momento, si se quería seguir una carrera artística, el camino más común era el de Bellas Artes. Por ello, comenzó a explorar su vocación a través de talleres de pintura y grabado en la Universidad Popular de Alcorcón. Sin embargo, fue en una Feria de Arte donde descubrió el trabajo de los ilustradores y supo que había encontrado su verdadera pasión. En 2001, se matriculó en la Diplomatura de Ilustración en la Escuela ESDIP de Madrid, en una época en la que apenas había dos escuelas que ofrecían estudios de ilustración en la ciudad. Desde entonces, la oferta educativa ha crecido enormemente, permitiendo a los estudiantes especializarse incluso dentro del Grado de Bellas Artes.

Durante su último y tercer año de curso tuvo la oportunidad de participar en una prueba para un estudio de videojuegos, donde fue seleccionada y comenzó su carrera profesional como color artist de escenarios para videojuegos. En ese momento, las mujeres, y aún más las mujeres afrodescendientes, eran una rareza en el sector.

Después de unos años trabajando en varios estudios de videojuegos, sintió la necesidad de explorar su propio trabajo más personal y decidió volver a estudiar para especializarse en ilustración de cuentos infantiles. Una vez finalizados sus estudios, dejó el campo de los videojuegos y se aventuró como freelance buscando proyectos que le permitieran trabajar en diferentes ámbitos de la ilustración.

 

 Cuento El viaje de Ilombe de Alejandra Ntutumu con ilustraciones de © Lydia Mba.

 

 

El proceso de creación

Su proceso creativo se adapta según las necesidades de cada proyecto, no es el mismo para un libro ilustrado, una contribución gráfica, un artículo en una revista o la portada de una novela. En primer lugar, comienza una fase de investigación exhaustiva sobre el tema que debe retratar, sumergiéndose en documentales, películas, lectura de artículos e investigaciones, así como la búsqueda de fotografías relacionadas. Incluso llegando a crear listas de canciones que le ayudan a establecer la atmósfera adecuada para ponerse en la situación que requieren las ilustraciones.

Una vez recopilada la información para inspirarse, coge lápiz y cuaderno para plasmar sus ideas en bocetos iniciales. Estos bocetos, a menudo ásperos y rudimentarios, sirven como la primera expresión de sus conceptos creativos, su cuaderno se convierte en un recolector de ideas donde sus visiones toman forma.

En casos que involucran narrativas visuales, como la ilustración de cuentos, el siguiente paso es la creación de un storyboard con las miniaturas de todas las páginas. Esto le permite visualizar la narrativa en su conjunto y asegurarse de que la composición funciona a lo largo del libro, “esta parte la disfruto mucho y es la más importante, la esencia real de lo que haré está plasmado ahí”, comenta.

Una vez que los bocetos iniciales han sido refinados y la narrativa se ha solidificado, procede a la creación de bocetos a tamaño real, más detallados y elaborados. Antes de usar esos bocetos como base sólida para el arte final, crea miniaturas a color de las ilustraciones para afinar la paleta de colores en el libro como pieza única y garantizar que los tonos y matices se alinean con las emociones y el mensaje que se pretende transmitir.

El trabajo de color final se realiza generalmente en formato digital, donde trabaja meticulosamente, pincelada a pincelada. Sin embargo, en algunos proyectos específicos, puede optar por técnicas más tradicionales. Durante esta fase, aplica su amplio conocimiento en composición, color, luz y anatomía para dar vida a la ilustración final. El tiempo necesario para completar una ilustración puede variar considerablemente según su complejidad, “hay ilustraciones que te pueden llevar 2 días y otras complicadas que pueden llevar semanas”, afirma Lydia.

 

Libro Dear Black Child de Rahma Rodaah con ilustraciones de © Lydia Mba.

 

Las inspiraciones de Lydia Mba

Como ilustradora especializada en narración visual de historias, se inspira en una amplia gama de campos y disciplinas artísticas, desde el cine y la animación hasta el arte, los creadores de libros ilustrados y la fotografía. También se nutre del diseño gráfico, la literatura y la música, “porque soy una apasionada y devoradora de toda forma de arte y artesanía”, comenta.

África es omnipresente en su trabajo, y esto se debe a su firme creencia en la importancia de la representación en las ilustraciones infantiles. En palabras de Lydia: “Soy una ilustradora afroespañola especializada en cuentos ilustrados, todos los niños deberían poder verse reflejados en las historias que leen y en las imágenes que encuentran.” Por este motivo, le gusta trabajar en proyectos con textos en los que se siente identificada, libros que celebran la diversidad y la representación, que empoderan y hablan de historias del continente africano y su diáspora.

Un principio fundamental en su enfoque creativo es la creencia en la importancia de buscar inspiración fuera de tu propio campo creativo, para poder encontrar tu verdadera voz como artista. Así lo explica Lydia “Si te quedas solo en un rango y construyes tu identidad como artista a partir de ahí, tu visión se queda muy estrecha y no harás todo lo que tu potencial y tu voz interior pueden llegar a hacer,. Esto lo he aprendido a través de un periodo muy largo, complicado e incluso doloroso en el que llegué a no saber quién era yo cómo artista, perdí mi creatividad, tuve el tan temido bloqueo artístico y perdí mi voz. Por suerte, me he vuelto a encontrar.”

Cuando dio sus primeros pasos en el mundo de la ilustración, sus referentes eran artistas como Basquiat, Frida Kahlo, grafiteros y grafiteras de todo el mundo, así como artistas del cómic. En ese momento, aún no había explorado referentes dentro del campo de la ilustración, pero a lo largo de su trayectoria, ha ampliado su horizonte creativo y ha encontrado inspiración en una diversidad de fuentes. Hoy en día, algunos de ellos son Simone Leigh, Elizabeth Montero (La Flor del Tamarindo), Rubén H. Bermúdez, Dapo Adeola, Eusebio Nsue, Bianca Batlle Nguema, Christian Robinson, Kadir Nelson, Zanele Muholi, Agnes Essonti, Angélica Dass y Frank Morrison, entre otros.

A través de su meticuloso proceso creativo y su amplia gama de influencias artísticas, Lydia Mba ha logrado transmitir mensajes empoderadores en sus obras. Su dedicación a que cada niño pueda verse reflejado en las historias que lee y las imágenes que encuentra es un ejemplo inspirador de cómo el arte puede ser usado para defender la diversidad pincelada a pincelada. Su testimonio inspira a abrazar la creatividad como motor de cambio y apreciar la importancia de la representación en la narrativa visual.

 

Spring ilustración de © Lydia Mba.

Ilustración de © Lydia Mba para Time Magazine.

Día del padre ilustración de © Lydia Mba.

 

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Lydia Mba (@iamlydiamba) es una ilustradora y narradora afroespañola. Le encanta trabajar con colores y texturas para crear arte que celebre la diversidad y cuente historias, además de explorar nuevas herramientas para desarrollar nuevas formas expresivas. Página web

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