Lumbung Stories es una antología de relatos de ficción sobre las formas y posibilidades de colaborar. Los relatos, escritos por una diversidad de voces desde estas diferentes cosmologías de lo común, Azhari Aiyub, Uxue Alberdi, Cristina Judar, Nesrine Khoury, Yásnaya Elena Aguilar Gil, Panashe Chigumadzi y Mithu Sanyal, imaginan sobre las posibilidades de la práctica colaborativa. Harriet C. Brown es el cuerpo colectivo que edita y prologa este libro en el que han colaborado 8 editoriales independientes de diferentes lugares del mundo que han publicado distintas ediciones del mismo libro en diferentes idiomas, hegemónicos y minorizados: Marjin Kiri (Indonesia), Txalaparta Argitaletxea (Euskal Herria), Dublinense (Brasil), Al-Mutawassit (Líbano), Almadía (México), Cassava Republic Press (Nigeria) y Hatje Cantz (Alemania).
Los imaginarios de cada relato nos llevan a mundos absolutamente ricos, nos hablan de supervivencia y de esa idea de colaboración de múltiples formas y en momentos muy diferentes de una vida. En cualquiera de esas formas lo ancestral opera en la contemporaneidad porque generación tras generación se transmite ese ser-en común. Cada relato es la historia de una práctica comunitaria: tequio en México, auzolan en Euskal Herria, lumbung en Indonesia, ubuntu en diferentes países de África, minga en países de América del Sur, mutirão en Brasil, allmande en Alemania… Cada relato nos lleva de un territorio a otro. De un paisaje a otro. De unos olores a otros.
Metodología Lumbung en los relatos
Lumbung, también es el nombre de la última edición de la documenta 15, celebrada en Kassel entre el 18 de junio y el 25 de septiembre de 2022. Un encuentro al que no pude acudir pero fui siguiendo sus propuestas y su filosofía lumbung como una estrategia para seguir viviendo.
En el intento de supervivencia, lo colectivo nos atraviesa como gramática, como práctica, como militancia, como problema, pero también como tema, tendencia o cómo moda. Un exceso de enunciación que vacía la palabra hasta dejarla desnuda, tiritando y sin sentido. Dejando paso a contradicciones, conflictos, malentendidos y abusos.
La búsqueda de lo común es tenaz, siempre lo ha sido. Me atrevo a decir que es inherente a la humanidad. Cada época, cada momento ha buscado su idea de “lo común”, pero quizás nunca se ha pensado tanto qué es lo común como en el último siglo.
Podríamos afirmar que esta es una de esas palabras que su significado va mutando en función de la época: se amplía, se cierra o excluye.
La clave de lo común en nuestra época pasa por la reapropiación de la historia, del arte, de la cotidianeidad y del mundo en general. Pasa por la posibilidad de redefinir la naturaleza de lo humano.
En ese sentido, es urgente repensar lo que significa “el ser humano” tras la deshumanización a destajo de aquellos que provienen del Sur-Global.
En cualquier caso, creo que la pregunta es, ¿qué es lo colectivo hoy en día?
Cómo es posible crear un ser-en-común tras las violencias del pasado. En un mundo que rechaza la diversidad. Donde cada vez está más acentuada la diferencia entre “ellos” y “nosotras”, y crea un común o comunidad alrededor de la identidad.
O dicho de otra manera ¿Cómo pasar de las fronteras del individuo al “común” sin pagar los peajes identitarios? ¿Cómo reparar las heridas del colonialismo, del capitalismo o las estructuras patriarcales en ese nuevo colectivo?
Lumbung tal vez sea ese intento por responder a la llamada comunitaria sin dejarse arrastrar por las seducciones de la identidad
En esta documenta, ruangrupa proponía fomentar modelos basados en la colaboración que permitan a la gente tener una visión diferente del mundo.
De esta definición emerge un término más flexible, menos perverso, menos militante, menos esencialista y más humano: la colaboración. Una colaboración sostenida en una serie de valores: el HUMOR, la GENEROSIDAD, la CURIOSIDAD, la SUFICIENCIA, la INDEPENDENCIA, el ANCLAJE LOCAL, la TRANSPARENCIA y la REGENERACIÓN.
En 2019, ruangrupa declaró que “si la documenta se puso en marcha en 1955 para curar las heridas de la guerra, ¿por qué no deberíamos centrar la documenta 15 en las heridas actuales?
Diagrama de Lumbung de Gudskul
Catorce colectivos y un puñado de artistas individuales fueron invitados inicialmente por ruangrupa. Siguiendo el espíritu del lumbung, el presupuesto de producción se reunió en una “olla” compartida y se distribuyó según un sistema de decisión colectiva basado en diez asambleas llamadas majelis. También se celebraban majelis akbar más amplios, en los que se tomaban otras decisiones artísticas de forma colectiva. Los miembros de los lumbung estaban facultados para invitar a otros artistas y colectivos, lo que dio lugar a una red transnacional de unos cincuenta colectivos y 1.500 artistas Nadie parece saber la cifra exacta. Todos sabemos que el legado de esta documenta está por venir.
Construir relaciones sociales y cuestionar las dinámicas de poder es esencial para la práctica del lumbung. Esto incluye también ampliar el uso del lenguaje y entenderlo como una herramienta para desarrollar nuevas ideas y perspectivas.
harriet c. brown, al igual que consoni, ruangrupa o bell hooks se escriben en minúsculas, como afirmaba esta última, lo hacía para controlar las tentaciones del ego.
El ego y sus despropósitos.
Lo colectivo es una polifonía, una composición armónica de ritmos diferentes. Pero esta documenta no iba del trabajo colectivo, si no de aplicar una metodología. Abordar el colectivo de forma honesta y extensiva.
En esta documenta, “La idea de lo común se ensancha y lo impregna todo”, como dice harriet c. brown. Con el fin último de “desafiar la narrativa a través de la cual se nos ve en nuestra(s) realidad(es) física(s). La narrativa que nos hace aparecer siempre como grupos. La narrativa de todas las instituciones culturales alemanas que sólo nos reconocen colectivamente y nunca como individuos dignos de expresarse”.
Documenta 15, 2022, Kassel
Texto creado para presentación de Relatos Lumbung con Cristina Judar, Maria Murs (consoni) y Laura Huerga (Raig Verd), el 2 de noviembre en el MACBA.
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Tania Adam (Maputo, 1979) | fundadora y editora de radio africa magazine. Alter ego musical: Safura @taniasafuraadam
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