Conceição Lima es el nombre más traducido de la literatura santotomense, con libros y poemas en alemán, árabe, español, checo, francés, gallego, italiano, inglés, shona, serbocroata y turco. Nació en Santana, en São Tomé, archipiélago de São Tomé e Príncipe, en 1961, pero se traslada a vivir a la capital con apenas tres meses. Estudia en Santo Tomé, y ya en Portugal, cursa Periodismo. Se forma en Estudios Africanos, Portugueses y Brasileños en el King’s College de Londres, y en el SOAS (School of Oriental and African Studies) realiza el Masters in African Studies con especialización en Gobiernos y Políticas en el África Subsahariana. Más tarde, trabaja como periodista y productora de los servicios de lengua portuguesa de la BBC. Cuando regresa a Santo Tomé forma parte de la prensa, la radio y la televisión del país, donde ocupa cargos directivos y funda, en 1993, el semanario independiente “O País Hoje”.
A pesar de una larga carrera como periodista, siempre ha escrito poesía, muy inspirada por su padre que fue profesor, poeta y músico. A los 19 años viaja a Angola, como la delegada más joven de la 6ª Conferencia de Escritores Afroasiáticos, donde recita algunos de sus poemas. Desde entonces, ha publicado decenas de poemas en periódicos, revistas y antologías de varios países. En 2004 publicó “O Útero da Casa”, dos años más tarde, en 2006, lanzó “A Dolorosa Raiz do Micondó”, su libro más traducido que cuenta con una segunda edición en 2008. A a este le precedieron “O País de Akendenguê” (2011) y “Quando Florirem Salambás no Tecto do Pico” (2015).
“O País de Akendenguê” hace referencia a Pierre Akendengué, el cantante y músico gabonés, uno de los músicos más interesantes y talentosos del continente. En el libro escribe desde una perspectiva africana universalizadora compartida y, de este modo, define una actitud opuesta a la de una cultura colonial que pretende integrarse en una cultura colonizadora. Y, tal como apunta Helder Macedo en el prefacio “El “país” de Conceição Lima es una isla. Pero al fin y al cabo, todos los continentes son islas, o partes de islas, el mundo está hecho de islas. Su isla es Santo Tomé, punto de partida y de llegada en un viaje entre la memoria y el deseo.”
“En algún lugar de Conakry, conozco una casa.
Quizás el pilar de una casa
Y el corazón de África
Respirando un libro indestructible.
Desde que la ciudad amaneció…
¿Cuántas noches ha meditado el luchador
¡Bajo las vigas de su techo!
…”
Extracto de un poema a Amilcar Cabral en el libro “O País de Akendenguê” de Conceição Lima
“En los inicios de mi inclinación por la poesía, está mi padre -profesor, poeta y músico-, el hecho de haber vivido rodeado de libros en casa y, más tarde, la gran y fundamental influencia de la poetisa Alda Espírito Santo, considerada la matriarca de las letras y de la nación santotomesina, que me familiarizó a mí y a mi generación con los poetas y la poesía de diversas partes del mundo (empezando por los países africanos de habla portuguesa, los poetas neorrealistas portugueses y los poetas de la Negritud, especialmente Aimé Césaire, Langston Huges y otros poetas del Movimiento del Renacimiento de Harlem, el brasileño Carlos Drummond de Andrade, Pablo Neruda o Nazim Hikmet , entre otros).” – Conceição Lima
Conceição Lima con la también poeta santotomense Alda do Espirito Santo. Fuente: Elfikurten
En el año 2021, el poema “Afroinsularidad” de su primer libro, “O Útero da Casa”, recibe el premio internacional Poems in Translation, coorganizado por la prestigiosa revista literaria Words Without Borders y la American Academy of Poets. El poema fue ganador ex aequo entre 606 poemas en 61 idiomas, 327 poetas y 79 países.
Innegable
Por dote te recibí al nacer
Y conozco en mi voz tu palabra.
En tu esencia, como la simiente en la fruta
El verso en el poema, existo.
¡Casa marina, fuente no elegida!
A ti pertenezco y te llamo mía
Como la madre que no escogí
Y sin embargo amo.
***
© Lobata. Santo Tomé
Los héroes
En la raíz de la plaza
Bajo el mástil
Huesos visibles, severos, palpitan.
Pájaros asustados derriban cornetas
Retroceden en silencio las estatuas
Hacia lejanos paisajes
Los muertos que murieron sin preguntas
Regresan lentos con los ojos abiertos
Indagando por sus alas crucificadas.
***
.© Santo Tomé
Raúl Kwata
Los alegres pantalones, de payaso, no eran suyos.
No era suya la camisa.
El castaño y el negro
En los pies izquierdo y derecho
Eran de otro.
Largo, de buen cuero
El cinturón no concordaba, lucía.
La propia flacura, de huesos menudos
No le pertenecía, flotaba.
Tosía mucho, tropezaba.
Arrastraba con él dos ojos
Astutos, burlones, de pícaro.
Y era dueño de una risita irónica,
Su escudo.
En los pasos cargaba un arsenal
De Historias vivas, antiguas
Y tenía el poder de lanzar carcajadas.
Sabía los nombres de todos los parajes,
En ninguno quedaba su aldea.
Murió paria en la excolonia.
Está enterrado en la isla.
No reparó en la nueva bandera.
***.
© Santo Tomé
En la playa de San Juan
Hace siglos que su frente taciturna
Desafía la premonición de las estrellas, los firme movimientos
El solitario remo, la heredada sapiencia
De presentir el olor de la calima
Y la mandíbula del tiburón
Él que cree en Dios y en los dioses
En la bondad de los amuletos, en la ciencia de los astros
En la falible destreza de sus brazos
Hace siglos que parte con la alborada
Sin que nadie lo vea
Todos los días esperamos no obstante su regreso
La blancura de la sal en sus músculos tensos
El impulso final
Y el triunfo sembrado en el regazo de la playa.
Tras su rastro escrutamos al caer del día
Los límites del mar
A su presencia ganan nuevo impulso
Los pasos de las mujeres
El tintineo de las monedas, el pregón de las vendedoras
Y se llenan de palabras las ferias al atardecer.
De este lado, la otra orilla de lo infinito
Donde le crepúsculo saluda el regreso
Del más allá del horizonte, del hemisferio de la espuma
De la línea oculta en el azul espeso
Del lugar donde el agua sólo conoce la voz del agua.
Nosotros te esperamos
Mercader lunar, inadvertido guerrero
Y al brillo de las escamas que revelas
Pues sin ti la playa sería apenas la playa,
El perfil del mar, la queja del viento
Y la desnudez de las algas aferradas a la arena.
***
© Santo Tomé
El vendedor
Los ojos brillan como luciérnagas
En procura de los clientes.
Del hilo que es la mano
Flotan sacos de plástico
Precarios, multicolores globos.
La Feria de Ponto es su escenario.
Al final del día, parsimonioso
Entrega la bolsa de las monedas a un adulto
Y recupera la edad.
***
© Santo Tomé
La leyenda de la bruja
La señora Malanzo era vieja, muy vieja.
La señora Malanzo era pobre, muy pobre.
No tenía hijos, no tenía nietos
No tenía sobrinos, no tenía ahijados
Ni primos tenía, ni entenados.
Era muy pobre y muy vieja
Muy vieja y muy pobre era
Era vieja, era pobre la señora Malanzo
Pobre y muy vieja
Vieja y muy pobre
Era vieja y pobre
Era pobre y vieja
Vieja pobre
Pobre vieja
Vieja
Pobre
Hechicera.
***
© Lobata. Santo Tomé
El otro paisaje
De la lisa extensión de los arenales
De la altiva ondulación de los coqueros
Del infinito aroma del huerto
Del azul tan azul del mar
Del cintilar de la luz en el poniente
Del ágil sueño de la simiente
De todo esto y de lo demás
La redonda luna, orquídeas mil, los cañaverales
De maravillas tales
Otros hablarán.
Yo diré de los coágulos que socavan
la fibra del paisaje
de los ayes que sustentan los pilares de la Ciudad
y de las palabras muertas, asesinadas
que sin cesar no obstante renacen
en la impura voz de mi pueblo.
***
© Santo Tomé
Jenin
Los buldozers parten sin fanfarrias.
Arrastran por el polvo las cintas de las sandalias
Y el pavor en las alas de las gallinas.
En su rastro agonizan las palabras
Y el bíblico rostro de los olivares.
El fémur que horada los escombros
Está muerto, no tiene nombre
Es una estaca de marfil
Que brilla amargamente en la tierra de Jenin.
Amanece en Berlín, en otro sitio
No en Liberia o en los fields de Freetown
No en el refugio de Jenin o alrededor de mí.
***
© Santo Tomé
Afroinsularidad
Dejaron en las islas un legado
de palabras híbridas y plantaciones tétricas
ingenios oxidados proas sin aliento
nombres que suenan aristocráticos
y la leyenda de un naufragio en Sete Pedras
Llegaron aquí desde el Norte
por mandato o por ventura al servicio de su rey
marineros y piratas
negreros ladrones contrabandistas
hombres simples
también rebeldes proscritos
y infantes judíos
tan tiernos que fenecieron
como espigas quemadas.
En los barcos trajeron
brújulas baratijas semillas
plantas experimentales amarguras atroces
un padrón de piedra pálido como el trigo
y otras cargas sin sueños ni raíces
porque toda la isla era un puerto y una carretera
sin retorno
todas las manos eran negras horcas y azadas.
Y en los campos han quedado rastros vivos
como cicatrices – en cada cafetal ahora respira
un esclavo muerto.
Y en las islas han quedado
incisivas arrogantes estatuas en las esquinas
un centenar y pico de iglesias y capillas
para mil kilómetros cuadrados
y el sincretismo insurrecto de las celebraciones de navidad.
Y ha quedado la cadencia palaciega dela ússua
el aroma de ajo y del zêtêd’óchi
en el témpi y el ubaga tela
y en el calulu el laurel mezclado con aceite de palma
y el perfume del romero
y del mlajincon en los huertos de los poblados.
Y a los relojes de la isla se les fundieron
los espectros – herramientas del imperio
en una estructura de claridad ambigua
y seculares condimentos
santos patronos y fortalezas derrumbadas
vinos baratos y amaneceres compartidos.
A veces pienso en sus lívidos huesos
Sus cabellos podridos a la vera del mar
Aquí, en este fragmento de África
donde, orientado al sur,
un verbo amanece en lo alto
como una dolorosa bandera.
Traducciónal castellano de Jordi Cerdà Subirachs
Recopilación de poemas de la escritora y periodista santotomense Conceição Lima.
Fotografías de Santo Tomé © Tania Adam
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