Sarah Ardite – Barcelona | Desde Senegal hasta Timbuktú (el antiguo imperio mandinga), los griots o jelis, llevan desde el S.XIII de la era cristiana relatando historias y cubriendo distintos acontecimientos de la vida, tanto pública como privada, de las personas. El griot es cantante, músico ambulante, poeta improvisado, historiador y cronista; se trata de un oficio y una habilidad que se transmite de padres a hijos y que pertenece, como todos los oficios artesanos, a una casta baja. Pero como componer música y recitar poesía son dos cuestiones importantes a la par que bellas, y también muy respetadas entre casi todos los pueblos (cada vez menos entre los que dictan el progreso), los griots son motivo de orgullo y respeto entre su gente. No sólo por el papel educador que detentan (mantienen y transmiten los valores de todo una sociedad), si no por acarrear la responsabilidad social de preservar la memoria no escrita de un pueblo.
Nada ha podido con la tradición oral y musical de los griots en el oeste de África; ni la televisión, ni la revolución digital ni el hip hop. Es una luz que no se apaga. Gracias a la importancia que tiene la oralidad en Mali, Senegal, Guinea, Gambia, Mauritania, Burkina Fasso y Níger contamos hoy con grandes sagas de hombres griots músicos de reconocido prestigio universal: los Keitas, los Traorés, los Diabatés…He escrito hombres griots porque aún habiendo mujeres griots tradicionales o modernas, urbanas o rurales, desde siempre se les ha aconsejado continuar su rol de sumisión al hombre.
La impresionante Yandé Codou Sène fue la griot oficial del poeta y ex-presidente de Senegal, Léopold Sèdar Senghor. Ami Koita y Bako Dagnon son voces muy queridas ya consagradas de la cultura africana. Actualmente Ngoni Ba, Kine Lam o Khady Seck (que ejerce desde Madrid) son algunas de las griots que continúan el arte de relatar historias. Y por lo general, lo hacen con letras comprometidas y bastante críticas con la realidad social que les rodea. La griot Bintou Garba de Bamako, reivindica este arte “como medio para dignificar el papel de la mujer en la sociedad maliense y poder transformarla, ya que los hombres son incapaces de sacar adelante nuestra sociedad”. Las mujeres griots han convertido lo que antes eran los pregoneros en las cortes reales, en voces que reclaman justicia social, y eso, al menos, es algo que da mucha satisfacción saber.
Os presentamos a cinco mujeres griots actuales de lo más comprometidas:
Hawa Kasse Mady Diabaté
Es hija de Kasse Mady Diabaté, perteneciente a una de las prestigiosas familias de griots de Mali. Es la vocalista y compositora del “Trío Da Kali” que ha colaborado con el cuarteto norteamericano “Kronos”.
Fatou Guewel
Cantante de estilo tradicional mbalakh de Senegal y Gambia . Es una de las artistas más populares de Senegal junto a su grupo “Sope Noreyni”.
Khaira Arby
Artista muy combativa, tuvo que divorciarse para poder seguir cantando. Las demandas políticas de sus canciones las canta en todas las lenguas posibles de su Mali natal, desde Songhay hasta Tamasheq, para que todo el mundo se entere de lo que denuncia y critica. Ante la prohibición de poder hacer música impuesta en el norte del país, Arby no se conforma: “quitarnos la música es como impedirnos respirar. Continuaremos luchando, y todo irá bien”
Hadja Kouyaté
Nacida hace aproximadamente treinta años en Guinea Konakry, aprendió a cantar junto a su madre, Diéfadima Kanté, viajando por los pueblos y las aldeas y cantando en las ceremonias tradicionales. Actualmente está modernizando el mundo griot de su país y pasa mucho tiempo en Francia donde tiene su grupo “les Guinéens”.
Rokia Traoré
Pertenece a la nobleza de Mali, que tiene tradicionalmente prohibido dedicarse a la música. Aún así Rokia es guitarrista, compone y canta, siendo actualmente la más conocida de todas las griots fuera de África.
Aquí os dejamos con una selección de temas de griots mujeres de todos los tiempos:
Sarah Ardite (Barcelona, 1972) | coordinación de contenidos de música, danza contemporánes y sesiones de dj. Activista cultural e impulsora de proyectos musicales como los Afro-Latin Sundays en Ciudad del Cabo, ha colaborado con Pan African Space Station en Sudáfrica. Entusiasta de los ritmos afro-latinos, ha trabajado en la difusión de la cultura y la música afro-lusófona. Sus selecciones musicales son un viaje sonoro por los orígenes más diversos. Máster en Ciencias Políticas.
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