Iris Mariah – París |
La crónica particular de una visita a la Exposición “Beauté Congo-Kitoko 1926-2015” en la Fundación Cartier (Paris). Una exposición muy aclamada que se podrá ver hasta el 15 de noviembre. Si estás o piensas ir a la ciudad del “amor” no dejes de ir a visitarla porque merece la pena.
Como aquel domingo no paraba de llover, acercarnos a la Fundación Cartier parecía el mejor plan, y siendo todos de origen africano era lógico sentirnos atraídos por la exposición “Beauté Congo-Kitoko 1926-2015”, comisionada por Andre Magnin. La visita nos hizo viajar en el tiempo para conocer la pintura moderna del Congo, los artistas populares que lo originaron todo, la fotografía y la música.
Después de hacer una cola interminable, fue todo un lujo ver en unas horas casi un siglo de producción artística congoleña lleno de diversidad, donde pudimos disfrutar de la riqueza de la escena artística de este país. Pero ¿cómo empezó todo? A finales de la década de 1920, los artistas precursores como Albert y Antoinette Lubaki Djilatendo, comenzaron, sin querer, la historia del arte moderno congoleño caracterizado por un marcado estilo propio, asombrosa inventiva y obras brillantes. En 1978, una exposición de arte de todo el mundo presentada en Kinshasa reveló la existencia de muchos artistas que se proclamaban “artistas populares” como Chéri Samba, Cheri Cherin y Moke, que creaban pintura figurativa inspirada de eventos diarios, políticos y sociales, en los cuales se reconocía toda la población. Más tarde, a principios de los 90, Papa Mfumu’eto también exploró la vida y la lucha diaria en sus historietas; corriente que siguieron JP Mika o Monsengo Shula.
También son claves las fotografías de artistas como Jean Depara, Ambroise Negaimoko y su estudio “Estudio Z3”. Como fotógrafo oficial del famoso músico Franco Luambo, Jean Depara inmortalizó fiestas extravagantes y noches de Kinshasa entre los años 1950 y 1960. Ambrose Ngaimoko mientras tanto, se centró en el mundo de la SAPE (Sociedad de Animadores y Personas Elegantes) y el culturismo. Ngaimoko en cambio, capturó la mirada y la energía de la juventud de Kinshasa en la década de 1970.
Asimismo, es muy importante la música presente en la exposición, dando a conocer una industria musical desarrollada en el Congo que ha pasado por la rumba, el jazz, el soul, el rap y la música popular. Una de las particularidades más acertadas de la exposición ha sido la utilización de esta música que acentuaba momentos clave, como si de un diálogo con las obras de arte se tratase y que además permitía leer las letras de las canciones.
Deberíamos entender esta exposición como el testimonio del compromiso de la Fundación Cartier con el arte africano contemporáneo, pese a que había que pagar entrada y los precios de los libros eran exagerados; algo que deja un regusto agridulce en la boca, sobre todo desde los corazones africanos, al ver que África sigue siendo un negocio redondo para Occidente.
Fotos: Loic
Obras favoritas
Iris, Publisher y Music Selector, Cabo Verde/España
“Mi obra favorita es ‘Pequeño Kadogo’ de Cheri Samba. El mensaje escrito al pie de la obra dice I am for Peace, That is Why I Like Weapons (Estoy por la paz, por eso me gustan las armas) y creo que define perfectamente los efectos de la colonización en la mentalidad de los niños. Creer que algo negativo (como las armas) es positivo, es tan solo un ejemplo entre muchos. Un niño se proclama “pacífico” y justifica su gusto por las armas. Siempre hay un adulto que invierte los conceptos y en el caso de la infancia africana, ese “adulto” son las ideas occidentales. Me gusta la obra estéticamente, como toda la obra de Samba”. Instagram
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Saida, Escenógrafa y Merchandiser Visual, Madagascar
“Mi obra favorita de la exposición es ‘Solicitantes de Asilo’ de Cheik Ledy. Este trabajo en particular me tocó. Refleja verdaderamente la situación cotidiana de los inmigrantes que llegan a la prefectura cada día, con la esperanza de tener una estancia que les permita trabajar y mantenerse a sí mismos”. Instagram
Loic, Graphic Designer, Senegal
“Mi obra favorita de la exposición es ‘Kiese na Kiese’ de JP Mika. Lo que me gusta de esta pintura es la dualidad de la “SAPE” y la música, todo traducido en color. Es lo que puede llamarse arte pop africano. Web
Iris nació en Madrid a principios de los 80. Creció en un ambiente multi-cultural dentro de una familia creativa y con visión empresarial, rodeada de miles de libros, una colección de arte importante y la música como su mejor amiga.
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