Donato Ndongo Bidyogo

Desde que el historiador británico Edward Gibbon publicó Historia de la decadencia y caída del Imperio romano entre 1776 y 1778, muchas son las teorías barajadas para explicar las causas del colapso del Estado más vasto, multicultural y duradero de la Historia, cuyo influjo continúa gravitando hoy sobre la Humanidad. Junto a causas religiosas y morales se aducen factores como la merma del tamaño y efectividad del Ejército, estancamiento demográfico, deterioro económico, progresiva incapacidad de los gobernantes, luchas internas por el poder e ineficacia de la Administración civil. Sin embargo, la moderna historiografía tiende a subrayar las transformaciones operadas desde la crisis del S. III -entre la muerte del emperador Alejandro Severo en 235 y el ascenso de Diocleciano al trono en 284, caracterizada por la presión de los pueblos exteriores al Imperio y una fuerte crisis militar, política, económica y social en el interior-. Circunstancias que, a partir de 395, determinarán el rápido deterioro del poder y el hundimiento de su civilización. Así, racismo y xenofobia aparecen con claridad como factores esenciales del colapso de la sociedad tradicional romana, reacia a los cambios que anunciaban la enorme afluencia de etnias “bárbaras” -ajenas a la cultura romana, principalmente germánicas- que, por diversos factores, habían cruzado el Rhin y el Danubio. Explotados por funcionarios corruptos en lugar de ser reasentados -como habían prometido diversos emperadores-, godos, francos, alamanes, sármatas, hunos y alanos terminarían levantándose en armas. Pueden señalarse sus hitos principales: en 392, el caudillo franco Arbogasto, magister militum (comandante en jefe) del emperador Valentiniano II, asesinará a éste a causa de las discrepancias surgidas por cuestiones directamente relacionadas con su origen “no romano”. Estilicón, general de origen vándalo, fue el jefe militar más capaz durante el reinado de Teodosio; casado con Flavia Serena, sobrina del emperador, a la muerte de éste ejerció la regencia del Imperio y fue tutor de sus hijos, Arcadio y Honorio, hasta su asesinato en 408, determinado, fundamentalmente, por no haber sido integrado plenamente como ciudadano, lo cual provocó desconfianzas y conflictos de tipo racista. El caudillo visigodo Alarico -uno de los generales más competentes del emperador Teodosio-, se rebeló a causa del racismo padecido en el Ejercito, pese a su rango y los servicios prestados, y las vejaciones prodigadas por los ciudadanos romanos contra los “salvajes cubiertos de piel”, según describe a los “bárbaros” el poeta y asesor imperial Sinesio; cansado de soportar tales vejaciones, Alarico, reclutando a numerosos esclavos a los que prometía la libertad, invadirá y saqueará Roma en 410. A partir de ese momento, serán incontrolables revueltas e invasiones, ante el caos político, la ineficiencia militar, la penuria financiera y la hambruna provocada por pérdida de la “diócesis de África”, granero de Roma, ocupada por los vándalos en 429, al mando de su su caudillo Genserico. En 475 vándalos, suevos, alanos y visigodos se habían asentado en la península ibérica. En 486 el caudillo franco Clodoveo expulsará a los romanos de la Galia. En 476, el aristócrata Orestes, que había impuesto a su hijo Rómulo Augústulo, de 16 años, como emperador, se negó a conceder a Odoacro, jefe de la tribu germánica de los hérulos, la ciudadanía y el estatus de estado federado; en agosto, las tropas de Odoacro asaltaron las murallas y asolaron la ciudad. El 4 de septiembre de 476, Odoacro obligó a abdicar al adolescente y se proclamo rey de Italia: fecha convencionalmente considerada como la del fin del Imperio romano de Occidente. Se iniciaba la Edad Media, el periodo oscuro de la Historia de Europa, que no iniciará su profunda transformación hasta finales del S. XV, con la exploración de otros continentes y, sobre todo, tras el “descubrimiento” de América.

 

Imagen: Los romanos de la Decadencia de Thomas Couture

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Donato Ndongo Bidyogo escritor y periodista. Es autor de las novelas Las tinieblas de tu memoria negra, Los poderes de la tempestad y El Metro. Fue el primer negro en escribir un libro de historia sobre Guinea Ecuatorial, Historia y Tragedia de Guinea Ecuatorial, y el artífice de la primera Antologia de la literatura guineana. Ha sido profesor en la Universidad de Columbia, Delegado de la Agencia EFE en África Central y Director adjunto del Centro Cultural Hispano-Guineano en Malabo, entre otros cargos destacados. Vive exiliado en España desde hace 50 años.

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