Tania Adam – Barcelona | Publicado 17 de mayo
A un día de inaugurarse «Making Africa. Un continente de diseño contemporáneo» tuve la oportunidad de conversar con su comisaria, Amelie Klein. No estaba especialmente interesada en la selección de las obras sino en la esencia. Me apetecía sentarme con ella y discernir sobre el origen y las intenciones de Making Africa, para ello tenía que entender quién era y la razón por la cuál inició esta exposición.
Nos encontramos a mediodía en el CCCB, Amelie apareció con un sándwich en la mano. Enseguida sentí su estrés, llevaba toda la mañana concediendo entrevistas. Estaba literalmente agotada y emocionada por la acogida y no podía evitar establecer comparaciones con los otros lugares de donde venía la exposición. Conseguimos encontrar un rincón informal y empezamos a conversar. Mi primera pregunta la dejó un tanto descolocada, me sorprendió su reacción: enseguida adoptó una actitud defensiva; me costó cinco minutos entender que lo que realmente estaba haciendo era justificarse con un discurso ya construido, no defenderse. Pese a eso, rápido conectamos.
¿Quién es Amelie Klein?
¿Quién soy yo? ¡No tengo ni idea! (Risas)
Yo soy africana y sé que tengo algo parecido a una misión. ¿Quién eres tú?
Claramente, yo no soy africana.
Bien, podrías serlo…
Sí, pero no soy africana, soy austríaca, pero tu pregunta es muy válida porque ya sabes que aporta muchos tópicos, este tema trae problemas. De nuevo, una vez más, los europeos hablando sobre África y convirtiéndose en africanos. Soy consciente de que es un problema profundo en cualquier muestra sobre el continente, y eso es importante para mí.
Desde el primer momento hemos intentado, más que enseñar otra exposición sobre África, montar una composición. Crear una plataforma que permitiera hablar a los africanos sobre África, en lugar de hacerlo nosotros. Para eso hemos tenido en cuenta todos los teóricos y estudiosos del continente y de la diáspora, aquellas personas que hablan de qué es África para ellos y cómo se refleja en su trabajo y en su día a día; qué es lo específico de África que no veremos en otro lugar y cómo esto se refleja en el trabajo de la gente creativa. Enseñamos plataformas y páginas web como Africa is a Country o Africa Digital Art, plataformas de africanos sobre África y esto es lo que hay en el núcleo de esta muestra. También hay un gran proceso de investigación, ha implicado muchos viajes, pero ya sabes que el continente es enorme… ¿Cómo puedo hacer justicia a un lugar tan enorme?
No es sólo un continente, son 54 países.
Por eso hemos intentado reunirnos con gente creativa, establecer conversaciones con alrededor de 75 personas de todo el continente y preguntar sobre sus opiniones. Puedo decirte que algunos fueron muy críticos con algunos conceptos. Además de que hablamos con mucha otra gente, y eso es algo que diferencia a esta muestra de otras. Para entender lo que se está haciendo, desde un punto de vista profesional, debes ir a África, no puedes hablar de ello sin ir.
¿Por qué iniciaste esta exposición?
¿Desde el corazón?
Sí, desde tu corazón. No porque seas blanca África no es la cuestión, la cuestión es entender qué ocurrió en ti para emprender “Making Africa”.
La respuesta es poco romántica. La realidad es que cuando empecé en Vitra Design Museum en 2011 ya tenía la idea de hacer algo sobre arte contemporáneo africano. Un día mi director vino y me dijo: “Este será tu próximo proyecto”. Ya había estado viajando por el continente antes, mi padre solía vivir en Kenia y en Costa de Marfil. Por entonces, antes de estudiar ‘Design Criticism’ había estudiado Económicas y Negocios, pero en realidad lo que quería era escribir una tesis acerca de las distintas perspectivas de la colaboración humanitaria y todo este concepto de ayuda… Pero fracasé, fracasé tan miserablemente que cambié de tema. Es tan difícil cubrir a todo un continente…
Así que cuando empecé con este proyecto –porque ya estaba cuando yo llegué al museo–, pensé: “Esto va a salir muy mal”. También en ese momento me cansé de escuchar toda esa ‘basura humanitaria’, con los europeos corriendo, una vez más, para salvar a estos ‘africanos estúpidos’ que no se pueden salvar a ellos mismos y todo este concepto humanitario tan colonial desde dentro.
Y lo entiendo. Tienes a todos estos niños que vienen graduados de la escuela de diseño, por ejemplo, y no están acostumbrados a sentir la muerte. Ellos no quieren diseñar una silla o una mesa, ellos quieren ser útiles. Lo comprendo pero, por favor, quédense en casa y hagan hago algo útil en casa. Hay tanto que hacer en Europa también. ¿Por qué quieren ir a hacer un gran trabajo en los pueblos africanos? La mayoría no sabe ni dónde estuvieron en África, luego se van y ya está.
Estaba muy cansada de estas cosas, por eso al principio tuve problemas con el proyecto, porque me decía: “Está bien, pero yo no quiero hacer esto, yo sé que es enorme, sé que voy a fracasar”.
© Nikolaj Cyon
¿Y qué ocurrió para que cambiaras de idea?
Entonces lo que hice fue sentarme y hacer mucha investigación. Fue así cuando descubrí un montón de cosas increíbles y supe que el proyecto podía ser algo nuevo, definitivamente algo nuevo, e hicimos este cambio. Gracias al cambio tan grande que ha habido en todo el continente, claro, en varios niveles: político, económico, histórico, cultural y tecnológico.
Sobre todo en el ámbito tecnológico, creo que ha sido lo más importante porque hizo surgir una generación de ‘tecnófilos’, jóvenes digitales nativos que utilizan Internet y, de repente, la forma de comunicarnos que habíamos visto por tanto tiempo –europeos dictando la comunicación y las conversaciones– cambió. Ahora obtienes información igual de rápido en África como lo consigues en cualquier otra parte. Con Internet hay una ventana que se abre, tenemos a jóvenes alrededor del continente, presentándose ellos mismos, utilizando la red de una manera tan natural e inteligente para hablar de lo que les preocupa, lo que creen que es importante, y hablar de lo que África es realmente.
En el inicio de la investigación, leía por todas partes “Mi África”. Entonces me di cuenta de que todo el mundo estaba trabajando por intentar reformar la imagen africana, y me pareció muy interesante: “¿Qué es esta nueva África que estoy viendo?”. Es lo que deseo con esta exposición; hacer que las personas lleguen a ella con una serie de cuestionamientos e imágenes y se vayan con otra serie de ideas.
¿Cómo cuáles, por ejemplo?
Pues en concreto no lo sé, pero creo que si las personas se vayan con detalles y cuestionamientos más finos, y dejan de lado la pregunta de qué es el diseño moderno africano… Es una pregunta tan estúpida. ¿Alguien preguntaría cuál es el diseño europeo? No, por supuesto que no, no tiene sentido; África es casi tres veces el tamaño de Europa.
En lugar de preguntar cuál es el diseño africano, preferiría que las personas se preguntaran porqué Nairobi es tan exitosa en crear y desarrollar nuevas tecnologías. Estas son las preguntas que me gustaría que la gente se hiciera.
¿Crees que el público llega a esa reflexión?
Honestamente, creo que el público está listo para una nueva imagen de África. Hemos tenido una buena acogida, la gente está cansada de la narrativa estereotipada de los niños con hambre y los dictadores corruptos. La gente quiere oír una nueva narrativa o, al menos, eso espero. Porque, obvio, no todo está bien en África, pero es sólo añadir una nueva narrativa.
Por ejemplo, si hablamos de Estados Unidos, nadie piensa en una sola cosa. Las personas tienen un montón de imágenes distintas de EEUU, es así cómo entendemos la complejidad de un lugar. Mientras que para África, tenemos tan pocas narrativas que ni siquiera empezamos a pensar en la complejidad. Pensamos: “Son tan pobres, pero los niños sonríen todo el tiempo; y son tan pobres, pero tienen dictadores corruptos; y los paisajes hermosos, la caída del sol”. Eso no es nada, la gente está lista para un cambio.
¿Crees ese cambio vendrá porque la gente está aburrida de lo que Europa o EEUU pueden ofrecerle, porque siempre es lo mismo?
Pues creo que esto es porque África ha sido redescubierta. Esto lo comenta Okwie Enwezor en su entrevista. Por ejemplo, hay artistas expresionistas que se refieren a África a través de su estética y otros a través del surrealismo, lo sobrenatural, el animismo… Entonces, tienes a un continente que es redescubierto muy a menudo, una y otra vez. Uno de los chicos que entrevisté comentó que África ahora es una tendencia.
Es cierto.
Pero ha sido una tendencia antes y ojalá no sea sólo una tendencia ahora, sino que se quede así como algo sustancial. Lo interesante es por qué hacen eso. Mi teoría es que pasa cada vez que Europa o los países del Norte están en crisis tienen que revisar el establishment para restablecer sus nociones sobre lo que es la industria o lo que es democracia. Hay cambios ocurriendo en África, pero también están ocurriendo en todas partes.
Creo que están perdidos, un poco perdidos…
Entonces, las personas se sienten inseguras y sobrecogidas con todas estas nuevas tecnologías y una lucha de poder que está ocurriendo -económica, política, etc.- en todo el mundo. Y las incertidumbres que derivan de estos procesos de cambio disparan, otra vez, como lo hemos visto en la historia, estas situaciones. No lo sé, pero hay un espacio en el que están pasando cosas y quizás las soluciones vienen de allá.
Bueno, no creo que el continente africano tenga las soluciones en este momento. Lo que tiene es una enorme creatividad mental fruto de la escasez. Esto te permite tener una visión más amplia y buscar soluciones interesantes a problemas complejos. Aquí lo tenemos prácticamente todo, y no se nos está educando para crear, pensar, se nos educa para memorizar.
Bueno, el sistema escolar es similar aquí y allá y se basa en la memorización. Pero entiendo lo que me intentas decir. Me acuerdo que un artista keniata me comentaba que había estado trabajando en una galería en Europa y me decía bromeando que no podía trabajar así porque tenía absolutamente de todo y no podía improvisar. Es verdad que cuando lo tienes todo te conviertes en un vago y hay algo poderoso en el “no tener”.
Sí, y la ilusión por crear, parece que aquí todo está hecho…
Bueno, no creo que aquí todo esté hecho. Tenemos muchos temas pendientes. Esta crisis que vivimos es interesante, no sabemos qué futuro nos dejará, aunque tampoco creo que las soluciones estén en África, lo que trato de decir es que la gente piensa que hay cosas nuevas que no se habían descubierto antes y, tal vez, la solución para nuestra crisis esté allí. Y este es el momento en que África es, entonces, redescubierta. Porque incluso dentro y fuera del propio cliché, hay tanto qué descubrir… Realmente tiene mucho que ofrecer.
Si quieres saber cómo debería ser el diseño africano en el siglo XXI, existen muchas claves a tener en cuenta y si lo analizas te está transmitiendo algo. Por ejemplo, el reciclaje es un concepto que no existe en África y, aún así, no hay un solo material en el continente que no pueda ser reutilizado hasta que realmente muera. Pero nadie habla sobre reciclar porque a nadie le importa reciclar, lo único que a la gente le importa es qué materiales (recursos naturales) están disponibles. Y esto es una diferencia crucial.
El trabajo del artista ghanés El Anatsui acostumbra utilizar tapones o cuellos de botellas para su obra y puede llegar a valer miles de dólares. Estoy segura que no piensa que tenga que crear para reciclar, simplemente es el material que utiliza para su obra. Se podría decir que algo similar de Amadou Fatoumata Ba, su obra está hecha con neumáticos que recoge en las calles pero no lo hace para reciclar, si no porque es el material que está disponible. Esta es la gran diferencia.
© Amadou Fatoumata Ba. Canapé Tressé, 2014
Con el “reciclaje” hablamos del diseño a través de los materiales. En el caso de la fotografía, ¿cómo podíamos hablar de diseño?
La fotografía es una forma de expresión. Tienes a fotógrafos, por ejemplo, como Fabrice Monteiro que a menudo están trabajando en colaboraciones, y este es otro de mis argumentos. Tú no tienes porqué ser un diseñador solitario y egoísta. Si vemos lo que tenemos en diseño contemporáneo alrededor de todo el mundo, todos estos conceptos nuevos sobre economía compartida y diseño compartido están ahí, todo es colaborativo. La nueva escena artística trata del público y la idea de compartir.
Pero volviendo a los materiales, miremos el uso que hacen otras disciplinas. Miremos a la música, por ejemplo, cuando combina sonidos hablamos de mezcla; respecto a las artes plásticas, hablamos de collage. Ninguna de estas tiene la negativa que tiene el reciclaje. El reciclaje siempre habla de basura; el reciclaje siempre es la segunda mejor opción.
Alguno más…
Algo que encuentro también interesante es que el cambio tecnológico que vino con Internet es algo que está profundamente incrustado en el continente. África es tan enorme y tiene tanta tierra que la infraestructura centralizada no funciona. Cualquier cosa que esté situada en el suelo y que no esté basada en una red, sólo arregla un punto, un lugar. Mientras que si tienes unidades más pequeñas, como teléfonos móviles o paneles solares, tiene más sentido porque tú no tienes un solo centro y entonces tienes infraestructuras que se construyen alrededor, creando una red igualitaria de pequeñas unidades conectadas que pueden actuar con flexibilidad.
Creo también que el diseño debe ser informal.
¿En qué sentido?
Por ejemplo, hay una pieza en la exposición que es una enorme rueda con una ciudad dentro y está motivada por el diseño informal. Creo que hay una analogía interesante sobre el diseño: tú tienes que diseñar un universo formal, con sus productores, empresas, todas las compañías, los grandes eventos y es todo este círculo formal de producción de una compañía; pero también tienes un diseño informal hecho por colaboradores. Estos niños que vienen de las escuelas y tratan de hacer cosas distintas.
Parecería que esos dos universos no tuvieran mucho que ver unos con otros pero, tarde o temprano, todos seremos creadores, porque pronto todos tendremos impresoras 3D en nuestras casas, tendremos tabletas en todos lados, estaremos produciendo nuestras propias cosas y, entonces, por último, vendrá el universo del diseño informal. Y ya eso está ocurriendo.
Así que hay un interés por el universo de diseño formal dentro del diseño informal. Si miras a los jóvenes, eso es lo que hacen. Creo que hay muchas tendencias de creaciones, procesos y desarrollos que deben ser tenidos en cuenta, dibujan importantes referencias de lo que ha estado ocurriendo en el continente siempre.
© Tahir Carl Karmali, Dennis Muraguri, Tonney Mugo. Jua Kali, 2014
+ Tania Adam | Fundadora y editora de Radio Africa. Es gestora cultural especializada en el ámbito de la interculturalidad, la inmigración y las sociedades africanas. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, ha trabajado en varios proyectos culturales, de sensibilización e investigaciones relacionadas con África y su Inmigración, en Cultura y Desarrollo y en el fomento de la interculturalidad a través de entidades como la Fundación Interarts, el Centro de Estudios Africanos e Interculturales de Barcelona o el Ayuntamiento de Barcelona.
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