La música Gnawa es cada vez más conocida a raíz de la celebración del Festival Gnawa et des musiques du monde de Essaouira. Es una música con mucho ritmo y sentimiento que además contiene una carga espiritual indisociable de su historia.
Los Gnawa están considerados un grupo étnico en Marruecos y Argelia y son los descendientes de esclavos de varias zonas del África Negra como Burkina Faso, Senegal o Mali que entre los siglos XV y XVI estuvieron al servicio de varias dinastías gobernantes de Marruecos. De hecho el término Gnawa se puede traducir como ‘mudo’ y servía para denominar a estos esclavos que utilizaban lenguas incomprensibles del África sud-sahariana. La liberación de estos esclavos con el paso de los siglos y la mezcla que se generó a raíz de esta migración forzada ha dado como resultado lo que hoy conocemos como música Gnawa, una expresión cultural de gran seriedad que se practica a través de cofradías místicas no abiertas a cualquiera. El pueblo Gnawa practica esta música como un ritual sanador para liberarse de los malos espíritus y encontrar la paz interior.
Actualmente además de los estilos tradicionales que practican mitos como Hamid El Kasri, las nuevas generaciones están rompiendo algunos moldes reinterpretando este estilo a su manera como el parisino Makaya McCraven o el senegalés Nuru Kane. También Hasna el Becharia (Algeria, 1950) rompió una lanza a por las mujeres atreviéndose en su momento a tocar el guembiri, instrumento principal de la música Gnawa reservado solo a los maestros. Sea de la manera que sea, el Gnawa sigue siendo una música hipnótica que llega al corazón… ¡Escuchemos!
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